La Misofonía es un trastorno que consiste en la falta de tolerancia a los sonidos cotidianos producidos por el cuerpo de otras personas, como comer, sorber, toser, masticar, o también por sonidos producidos al utilizar ciertos objetos, los cuales pueden desencadenar ansiedad y conductas agresivas en el paciente.
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La misofonía es una de las afecciones que implican baja tolerancia al sonido, en conjunto con la hiperacusia y la fonofobia. En las personas con misofonía, el cuerpo reacciona de cierta manera cuando es expuesto a determinados estímulos sonoros. Aumenta la frecuencia de los latidos del corazón, aparece un sudor frío, y la persona se siente muy irritada al escuchar esos sonidos que tanto le alteran: realmente tiene ganas de salir corriendo para no tener que oír más.
Esta reacción física se debe a una asociación de emociones negativas con estos sonidos, los cuáles no tienen características físicas especiales (no tienen por qué ser muy agudos, muy graves o muy fuertes), a diferencia de lo que sucede en la hiperacusia.
A las personas que no sufren misofonía muchas veces les cuesta comprender cómo se siente alguien que sí padece este trastorno. Si es tu caso, fíjate en lo siguiente: Piensa en lo que sientes cuando alguien araña un pizarrón. Ese desagradable y agudo ruido seguramente te pone la piel de gallina, como a la mayoría de las personas, y deseas con todas tus fuerzas que acabe pronto. Pues las personas con misofonía tienen una sensación mucho más intensa que esa al escuchar ciertos ruidos cotidianos, de manera que se sienten realmente muy mal varias veces en el día.
Esta reacción física se debe a una asociación de emociones negativas con estos sonidos, los cuáles no tienen características físicas especiales (no tienen por qué ser muy agudos, muy graves o muy fuertes), a diferencia de lo que sucede en la hiperacusia.
A las personas que no sufren misofonía muchas veces les cuesta comprender cómo se siente alguien que sí padece este trastorno. Si es tu caso, fíjate en lo siguiente: Piensa en lo que sientes cuando alguien araña un pizarrón. Ese desagradable y agudo ruido seguramente te pone la piel de gallina, como a la mayoría de las personas, y deseas con todas tus fuerzas que acabe pronto. Pues las personas con misofonía tienen una sensación mucho más intensa que esa al escuchar ciertos ruidos cotidianos, de manera que se sienten realmente muy mal varias veces en el día.
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¿CÓMO FUNCIONA?
Seguramente te estás preguntando por qué algunas personas reaccionan así al escuchar sonidos comunes mientras que otras ni siquiera les prestan atención, o por qué en una persona con misofonía se desencadena una gran reacción negativa en su cuerpo al oír determinados sonidos habituales, pero no les sucede nada al escuchar otro tipo de ruidos, aunque sean muy agudos, graves o fuertes.
Pues fíjate en lo siguiente: El proceso de oír incluye básicamente dos etapas:
El cerebro comienza a dar importancia a unos sonidos y a no prestar demasiada atención a otros a lo largo de un aprendizaje.
Algunos sonidos, como el ruido de un disparo o un gran estruendo, son interpretados por el cerebro como motivo de alarma, y el cuerpo se prepara para “pelear o huir”: sube la adrenalina, aumentan los latidos del corazón, se incrementa la ansiedad, etc.
Lo que sucede en los casos de misofonía es que por alguna razón, sonidos tan comunes como los de masticar o hablar desencadenan en las personas esta desagradable reacción de “pelear o huir”. El cerebro interpreta erróneamente estos sonidos como amenazadores y por eso aparecen los síntomas de irritabilidad, agresividad y ansiedad en las personas que padecen esta afección.
Pues fíjate en lo siguiente: El proceso de oír incluye básicamente dos etapas:
- En la primera, el oído recibe los sonidos, los transforma en un impulso eléctrico y el mismo viaja hasta el cerebro mediante las neuronas que forman los nervios.
- En la segunda etapa este impulso es interpretado por el cerebro de diferentes maneras, dándole importancia a ese sonido o no. Si el cerebro decide que no es un sonido importante, entonces será como si no lo escucháramos.
El cerebro comienza a dar importancia a unos sonidos y a no prestar demasiada atención a otros a lo largo de un aprendizaje.
Algunos sonidos, como el ruido de un disparo o un gran estruendo, son interpretados por el cerebro como motivo de alarma, y el cuerpo se prepara para “pelear o huir”: sube la adrenalina, aumentan los latidos del corazón, se incrementa la ansiedad, etc.
Lo que sucede en los casos de misofonía es que por alguna razón, sonidos tan comunes como los de masticar o hablar desencadenan en las personas esta desagradable reacción de “pelear o huir”. El cerebro interpreta erróneamente estos sonidos como amenazadores y por eso aparecen los síntomas de irritabilidad, agresividad y ansiedad en las personas que padecen esta afección.
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LA MISOFONÍA PUEDE ALTERAR TU VIDA
En los casos severos, la misofonía puede interferir con las actividades cotidianas de una persona e impedirle llevar una vida normal.
Imagina lo siguiente:
Por eso es importante que todos los casos de misofonía sean correctamente diagnosticados y tratados. Y para que esto suceda, es fundamental que haya más información disponible, que las personas sepan más sobre esta afección.
Si crees que tienes misofonía o conoces a alguien que podría estar padeciendo esta afección, entonces continúa leyendo, en este artículo hallarás información importante.
Imagina lo siguiente:
- Te sientas a la mesa a desayunar con tu familia. Pero al poco tiempo de comenzar, el ruido que hace tu pareja al masticar la tostada te irrita tanto que tienes que levantarte y salir de allí.
- O estás en el trabajo, el jefe te llama a su oficina para hablar de un tema importante, pero él golpea su bolígrafo repetidamente sobre una pila de papeles y hace un ruido repetitivo, “tic, tic, tic” que, directamente, te saca de quicio.
Por eso es importante que todos los casos de misofonía sean correctamente diagnosticados y tratados. Y para que esto suceda, es fundamental que haya más información disponible, que las personas sepan más sobre esta afección.
Si crees que tienes misofonía o conoces a alguien que podría estar padeciendo esta afección, entonces continúa leyendo, en este artículo hallarás información importante.
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SÍNTOMAS
- Al escuchar los sonidos que te incomodan, sientes desagrado.
- Taquicardia, sudor frío, inquietud.
- Ataques de pánico.
- Ganas irrefrenables de alejarte de la fuente del sonido.
- Nadie parece notar lo mal que te sientes cuando escuchas esos sonidos.
- También puede haber estímulos visuales que desencadenan estos síntomas.
En muchos casos, los sonidos producidos por personas muy cercanas al afectado son los principales disparadores. Por esta razón, la misofonía realmente puede complicar la vida familiar y social de quien padece esta afección.
Otro aspecto peculiar de la misofonía es que algunas personas sienten la necesidad de imitar con mímica lo que oyen, al escuchar el sonido que desencadena sus síntomas. La mímica en este caso es un fenómeno automático, no consciente, que ayuda a la persona a disminuir la intensidad de sus síntomas.
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DISPARADORES DE LA MISOFONÍA
Estos son algunos de los disparadores más frecuentes de los síntomas de misofonía:
- Sonidos al comer o masticar, sonidos de la boca. Los ruidos que a veces hacen las personas al masticar algo crocante, cuando tienen goma de mascar en la boca y hablan al mismo tiempo, cuando sorben la sopa, los ruidos de los cubiertos al chocar entre sí o con el plato, los sonidos que se producen al besar, al carraspear o bostezar, son estímulos frecuentes en las personas con misofonía.
- Sonidos de la nariz. Al estornudar, limpiarse la nariz con un pañuelo, el sonido del aire al pasar por una nariz congestionada, el hipo, también son sonidos que habitualmente irritan a las personas que sufren este problema.
- Voces. Algunas personas producen algunos zumbidos o sibilancias al hablar, y esto puede ser muy molesto para alguien con misofonía. Otros posibles disparadores de este tipo incluyen voces nasales, personas que hablan como en un susurro, voces muy graves, silbidos, etc.
- Sonidos ambientales. El que se produce al escribir en el teclado del PC o el clic del ratón, el sonido del papel del periódico al pasar las páginas, sonidos de bolsas de supermercado, alarmas de coches, el tic tac de un reloj, el ruido del refrigerador, aspiradora o aire acondicionado, radio o TV a gran volumen, el sonido de una pelota de básquetbol rebotando, un bebé llorando, los chillidos de los niños al jugar, en fin, la lista es realmente muy larga.
- Estímulos visuales. Algunas personas con misofonía también reaccionan ante determinados estímulos visuales, cuando observan a alguien masticando goma de mascar, retorciéndose un mechón de cabello, o realizando cualquier otro movimiento repetitivo.
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CAUSAS
No se sabe exactamente cuáles son las causas de la misofonía, pero se cree que determinadas experiencias en la niñez podrían predisponer a las personas a sufrir misofonía, porque en esas experiencias se asociarían emociones negativas a determinados sonidos.
En general, lo que se observa es una preocupación u obsesión enfocada en ciertos sonidos, con un componente impulsivo agresivo o conductas evasivas. Estos aspectos aún no han podido ser explicados con un único modelo causal, como dicen los expertos.
En resumen, aún no está claro por qué las personas con misofonía reaccionan tan mal ante sonidos tan cotidianos.
- Por ejemplo, algunos pacientes refieren que probablemente su trastorno comenzó a instalarse cuando eran niños y escuchaban los sonidos que hacían sus familiares al comer, lo cual les causaba un profundo desagrado. Es fácil imaginar que a medida que estos estímulos continuaban presentándose, la persona iba interiorizando una respuesta emocional negativa, que al cabo de unos cuantos años se transforma en misofonía.
- Otra teoría indica que la misofonía podría ser parte de otro síndrome de hiperactividad ante determinados estímulos sensoriales. Esto podría explicar por qué algunas personas también reaccionan ante estímulos visuales.
En general, lo que se observa es una preocupación u obsesión enfocada en ciertos sonidos, con un componente impulsivo agresivo o conductas evasivas. Estos aspectos aún no han podido ser explicados con un único modelo causal, como dicen los expertos.
En resumen, aún no está claro por qué las personas con misofonía reaccionan tan mal ante sonidos tan cotidianos.
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ESCALA DE ACTIVACIÓN MISOFONÍA (MAS-1)
Los síntomas se escalonan desde el nivel 0, sin síntomas, al nivel 10, uso de la violencia física contra otra persona o animal. En los niveles intermedios, niveles 4-6, el paciente manifiesta malestar psíquico importante y una respuesta de huida o conductas que pueden considerarse socialmente inadecuadas, como taparse las orejas para no oír el sonido que le molesta.
- Nivel-0 La persona afectada de misofonía oye un sonido que reconoce, pero no siente ninguna molestia.
- Nivel-1 La persona afectada es consciente de la presencia de una persona conocida, pero no siente ninguna ansiedad.
- Nivel-2 Un sonido conocido provoca malestar psíquico: irritación y/o molestia en el paciente. No hay síntomas de pánico o respuesta de lucha o huida.
- Nivel-3 La persona siente crecientes niveles de malestar psíquico pero no reacciona de forma violenta..
- Nivel-4 La persona con misofonía se involucra en una mínima respuesta física sin confrontaciones o agresiones, tales como pedir a la persona que le molesta que deje de hacer ruido, discretamente cubriendo un oído, o pasar tranquilamente lejos del ruido. No hay pánico o síntomas de pánico.
- Nivel-5 La persona con misofonía adopta mecanismos de supervivencia más polémicas, como cubrirse las orejas, imitando a la persona que le causa la molestia o mostrar irritación manifiesta.
- Nivel-6 La persona con misofonía experimenta malestar psíquico considerable. Por ejemplo síntomas de pánico, o una respuesta de lucha o huida.
- Nivel-7 La persona con misofonía experimenta malestar psíquico considerable. El paciente puede volver a imaginar el sonido que le molesta repetidamente durante semanas, meses o incluso años después del evento. Puede haber una excitación sexual no deseada.
- Nivel-8 Persona con misofonía experimenta malestar psíquico considerable. Algunas ideas de violencia.
- Nivel-9 La persona con misofonía presenta pánico o una reacción rabia y agresividad. Puede imaginarse el uso de la violencia física sobre un objeto inanimado. .
- Nivel-10 Nivel máximo de misofonía. Uso real de la violencia física contra una persona o un animal (por ejemplo, un animal doméstico). La violencia puede ser infligida a sí mismo (auto-daño)
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